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Nacho Cuevas

Nada de lo humano me es ajeno

Ayer una bomba me explotó bajo las piernas destrozándome por completo y desplazando mis miembros en todas direcciones. Hoy aun las recojen y desde mis ojos perdidos veo el dolor de los que me buscan.
Ayer subía al metro, apreté los dientes y pulsé el detonador que puso en marcha la dinamita de mi cintura porque mi misión es recordar al mundo la cruzada legítima de los oprimidos contra los opresores.
Ayer cargué de cloratita diez mochilas y, soteando los hocicos y las porras, recordé al pueblo español que no puedo porque no se porque mis neuronas no me dejan hacer otra cosa que matar.
Ayer busqué a mi hijo por tres hospitales. El megáfono acaba de decir su nombre y mi vida baja también por las escaleras mecánicas a un pozo del que no se si sabré salir algún día...
Cuánto dolor. Cuánta falta de amor...

1 comentario

Anónimo -

Madre entú seno me engendraste, tú vida, tú sangre compartiste. Y ahora madre en el nombre de 1dios inventado por los hombres, voy a derramar tú sangre. ¿Merece otro dios que no tú ese sacrificio? o es matar por matar, pues llamémos cada cosa con su nombre: Asesino