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Nacho Cuevas

Vacaciones

Vacaciones El otro día, en un parque de atracciones, soñé que volaba. Muchas veces sufro este sueño, pero dormido. Subía suave y despacio, pero cuando todo resultaba ser perfectamente tranquilo un clic me despertó mientras caía a toda velocidad hacia el suelo, notando como mi estómago y las visceras que hay en su interior, pasaban por delante de mi frente. Al instante acabó todo. Mi estómago volvió a su sitio. Las vísceras, inquietas de sufrir por primera vez lo que mi mente experimenta amenudo, se han tomado unas vacaciones. Dicen que no vuelven hasta que las cosas sean otra vez como antes. Tengo que volver a soñar.

4 comentarios

Al fin solso -

Tengo un amigo que siempre sueña que vuela, yo adoro a mi amigo, y me encanta la gente que puede volar...

Nacho -

(...) ¿Qué pasaría si en el sueño nunca cayeras?¿Hasta dónde podríamos llegar con nuestras verdaderas alas? (...)
¡Hasta el infinito y más allá!

Icaro -

¿Cómo es posible sufrir por volar?("Muchas veces sufro este sueño..."). Volar nos hace libres pero esa libertad, a veces, nos queda grande y hacemos el miedo para no "descontrolarnos". Qué paradoja! Quiero volar pero no se si debería...! ¿Qué pasaría si en el sueño nunca cayeras?¿Hasta dónde podríamos llegar con nuestras verdaderas alas?...Y si el miedo no es del todo nuestro...¿quién nos está haciendo creer que más allá de esa nube sólo hay fuego?. Un beso...

fer -

mas sueños y menos casquería