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Nacho Cuevas

Tres son tres.

Tres son tres. Tres pájaros vienen a comer a mi ventana. Uno, con aires de grandeza, levanta su pico y picotea mi cristal para avisarme y saque de mi bolsillo esas bolitas de alpiste. No entiendo que es lo que le gusta de esa comida prefabricada. Por la tarde, siempre, un gorrioncillo toca a mi ventana. Es muy pequeño y vergonzoso. Su pico se pone colorado cuando acaricio sus plumas con mi dedo índice, con mucho cuidado para no despeinarlo. Come sus hojas de lechuga, bien troceaditas que yo le preparo, y se marcha. Cuando se va siempre me quedo mirando por la ventana para ver como vuela, el se gira y me giña un ojo. Por la noche viene otro pájaro, pero a este no lo veo "casi" nunca. Lo ví una vez. Era precioso. No lo supe cuidar, no sabía que comía. Le dejo de todo en mi ventana. Se que viene, veo sus huellas. No come, pero está haciendo un nido fuera, bajo la cornisa. Es el pájaro autosuficiente. Es el que más me gusta, pero a los tres quiero...

4 comentarios

Principito -

Clarisse,eres tú? no sé cómo puedes tener paciencia para fijarte en águilas gasolineras con todo lo que tienes encima...

Corazón -

Que bonito! pero si, es verdad siempre hay uno preferido...y es que por lo que cuentas...ese último pos seguro q va por verte igual a ti!! tu lo has dicho NO COME NADA...ummm...yo creo que ambos se quieren...o) un beshito.

Clarisse Starling -

Un águila imperial, con su cabeza y cuello blanco, anda por una gasolinera, balanceándose para aferrarse a cada paso al resbaladizo pavimento. En ese instante pasa frente a ella una lancha neumática de Protección Civil; cuando parece que se van a hacer cargo de la rapaz, no, la ignoran y desaparecen, dejándola más desorientada que el pulpo aquel del garaje. Me temo que como despliegue las alas, se va a armar.

Marta -

Me ha encantado leer las descripciones de tus tres pájaros, cómo los has definido, y cuidado, y cómo, siendo tan distintos los tres, los quieres.